Según diversos estudios, cuando un niño es golpeado por sus padres o cuidadores, siente dolor físico, pero también dolor emocional. El niño puede sentirse inseguro, asustado, enojado, o culpable. Además, el niño puede tener problemas para relacionarse con otros, para concentrarse en la escuela, o para dormir.
Cuando un niño es golpeado, se siente asustado, triste y enojado.
¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando le pegas?
Los niños que son golpeados tienden a tener problemas en la escuela y en sus relaciones sociales. La violencia en el hogar tiene un efecto devastador en el cerebro de un niño. Según un estudio, el daño en el cerebro es similar al que se produce cuando se fuma 20 cigarrillos al día.
¿Qué pasa cuando le pegas a tu hijo?
Cuando le pegues a tu hijo estarás cometiendo un acto de violencia que tiene consecuencias graves para él. El niño aprenderá que la violencia es una forma de resolver conflictos y que puede usarla para controlar a las personas que quiere. Además, el impacto emocional de ser golpeado puede ser devastador, ya que genera miedo, ansiedad, frustración y culpa.
¿Cómo afectan los golpes a los niños?
Los golpes afectan a los niños de muchas maneras, algunas de las cuales son visibles y otras no. Según la Academia Americana de Pediatría, los golpes pueden causar daño físico y emocional a los niños. El daño físico puede incluir heridas, hematomas y lesiones internas. El daño emocional puede incluir miedo, ansiedad, depresión y problemas en las relaciones sociales. Los niños que son golpeados tienden a ser más agresivos y tener problemas en la escuela.
¿Por qué no hay que pegarle a los niños?
Los niños son seres indefensos que no merecen ser maltratados físicamente ni emocionalmente. La violencia contra ellos tiene graves consecuencias, tanto a corto como a largo plazo.
Los niños que son víctimas de la violencia tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud física y mental, de ser víctimas de abuso sexual en la infancia o la adolescencia, de convertirse en violadores o víctimas de violencia en el matrimonio o de sufrir otros problemas sociales.
La mejor manera de prevenir la violencia contra los niños es promoviendo la educación y la conciencia sobre sus derechos. Todos los niños tienen el derecho a ser respetados, a recibir amor y a ser protegidos.
Los niños que son golpeados por sus padres o cuidadores experimentan una mezcla de sentimientos, incluyendo miedo, enojo, vergüenza, ansiedad y tristeza. Estos sentimientos pueden interferir con su capacidad de aprender, relacionarse con otros y sentirse seguros. Los niños que son golpeados tienden a tener mayor probabilidad de sufrir de problemas de salud mental en el futuro.
El niño puede sentirse impotente, amenazado, frustrado y enojado.