La psicología ha cambiado la vida de muchas personas a lo largo del tiempo. Si eres un fanático de la psicología, sabrás que puede mejorar tus relaciones, sanar heridas mentales y ayudarte a enfrentar circunstancias difíciles.
Pero ¿sabías que la psicología incluso puede salvar vidas? Hay muchas cosas que quizás no sepas sobre cómo la mente humana puede ponerte en peligro o ayudarte a escapar de él.
Aquí te presentamos algunos hechos psicológicos que te pueden salvar la vida.
El efecto espectador
Imagina la siguiente situación: estás caminando por un estacionamiento cuando chocas contra alguien. Te disculpas, pero la otra persona no lo acepta. De repente, te agarran del hombro y te empujan violentamente al suelo. ¡Una reacción demasiado exagerada! Afortunadamente, es un lugar concurrido, así que alguien te ayudará antes de que el conflicto empeore, ¿verdad?
Lamentablemente, existe algo llamado «efecto espectador» que explica que cuanto más espectadores hay en una crisis, menos probable es que intervengan. Suponen que alguien más te ayudará, por lo que no necesitan hacerlo ellos mismos. Un estudio del 2019 encontró que la presencia de espectadores adicionales reduce las posibilidades de intervención, especialmente si son desconocidos.
No son insensibles, simplemente es tentador pensar «ya lo hará alguien más» cuando hay mucha gente alrededor. Los investigadores sugieren que en situaciones de emergencia puedes desencadenar la intervención señalando a espectadores individuales y asignándoles acciones específicas, como llamar a la policía, para que asuman la responsabilidad individual. Este hecho puede ayudar a salvar vidas, incluyendo la tuya.
Identificación de personas peligrosas
A menudo imaginamos a alguien peligroso como una persona misteriosa que se esconde en las sombras por la noche. Pero según Mary Ellen O’Toole, experta del FBI, nuestras intuiciones sobre quién es peligroso no siempre son acertadas.
Solemos desconfiar de los desconocidos y de aquellos que actúan de manera extraña, mientras le damos un pase libre a nuestros conocidos y a quienes parecen normales. O’Toole explica que en realidad es más probable que seamos dañados por aquellos que conocemos. Además, señala que casi siempre que el FBI descubre a un delincuente violento o a un asesino en serie, la persona peligrosa era amigable, extrovertida, llevaba una vida aparentemente normal en los suburbios, tenía una familia y gozaba de una reputación respetable en su comunidad.
Nadie sospechaba nada. Para identificar a personas peligrosas, O’Toole menciona algunos signos de advertencia más efectivos, como comportamientos impulsivos sin preocupación por las consecuencias, ira excesiva para la situación, narcisismo, falta de empatía y rencor duradero. Una sola característica o acción no significa necesariamente que alguien sea peligroso, pero si muestran un patrón de estos comportamientos, es mejor estar atentos.
El efecto del sueño
Si estuvieras demasiado borracho para conducir legalmente, ¿te pondrías al volante, tomarías una decisión importante o enviarías un correo crucial? Esperemos que no. Sin embargo, si no tienes una rutina sólida de sueño, estás haciendo algo igual de arriesgado sin saberlo.
Cuando no duermes lo suficiente cada noche, tu cuerpo se ve abrumado por las hormonas del estrés y la funcionalidad de tu cerebro se desploma. Un estudio publicado en la revista Nature probó la alerta de personas privadas de sueño y las comparó con personas intoxicadas mientras realizaban tareas básicas de coordinación mano-ojo.
Después de pasar 24 horas sin dormir, su nivel de alerta disminuyó al mismo nivel que aquellos con un nivel de alcohol en sangre de 0.10%. En otras palabras, trasnochar afecta tu cerebro tanto como estar demasiado borracho para conducir. Según la Fundación Nacional del Sueño, los adolescentes necesitan de 8 a 10 horas de sueño por noche y los adultos de 7 a 9 horas.
El sueño tiene un gran impacto en la memoria, la cognición, la concentración, el estado de ánimo y la frecuencia de accidentes.
La próxima vez que te tientes a desvelarte, protégete de la calamidad del día siguiente utilizando el Método de Sueño Militar para conciliar el sueño rápidamente y refrescar tu cuerpo y mente.
- Primero, adopta una posición cómoda y exhala lentamente, liberando la tensión muscular. Relaja tus hombros, tus brazos y tus manos.
- Continúa respirando, flexiona los dedos de los pies y finalmente vacía tu mente, imaginando que estás acostado en una canoa en un lago tranquilo.
- Si llegaran pensamientos, repite «no pensar» hasta que se vayan. Con suficiente práctica, podrás dormir como un profesional.
Tratar un ataque de pánico
Si has tenido un ataque de pánico, ya sabes cómo se siente. Si aún no has experimentado uno, te describiremos la escena: tu corazón late rápidamente, estás sudando por todas partes, no puedes respirar y al mismo tiempo respiras demasiado rápido, y no puedes controlar tus pensamientos.
Los ataques de pánico no son agradables y a menudo aparecen en situaciones estresantes en las que pensar con claridad es vital. Si ya ha comenzado un ataque de pánico, es posible que no puedas comunicarte con tu terapeuta o recordar alguna técnica de afrontamiento.
Entonces, ¿cómo puedes ayudar a poner fin al ataque? Podrías sorprenderte con la respuesta. Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la NYU y la Universidad de Boston asignó a participantes con trastorno de pánico a suprimir sus emociones o aceptarlas.
Irónicamente, el uso de las técnicas de afrontamiento que se te han enseñado durante el ataque de pánico lo empeoró. Estas técnicas solo enfocan la atención en tu ansiedad interna, haciendo que el ataque sea más intenso. En cambio, el uso de técnicas de aceptación resultó en significativamente menos ansiedad y evitación.
En lugar de tratar un ataque de pánico como un problema que debes controlar, simplemente reconoce que está sucediendo, permítelo y acepta que esto es temporal y que estos sentimientos pasarán. Si esto funciona para ti, déjanos saber en los comentarios a continuación.
Aquí tienes cinco hechos psicológicos que te pueden salvar la vida. ¿Conoces algún otro hecho psicológico que podría salvar vidas? ¿Alguna vez has utilizado alguno de estos hechos? Háznoslo saber en los comentarios.