7 desencadenantes desconocidos de traumas infantiles.

Escrito por Marc Orante

Psicólogo conductual y experto en relaciones de familia 

El trauma puede manifestarse de diversas formas y en cualquier etapa de la vida, influenciando la forma en que pensamos, actuamos y procesamos las emociones. A veces, los desencadenantes de traumas pueden ser desconocidos para nosotros. En este artículo, exploraremos siete de ellos.

1. Sensaciones

Ciertas sensaciones, como ver o escuchar algo que nos recuerda nuestro pasado, pueden desencadenar una respuesta traumática. Texturas, sabores e incluso olores pueden traer a la memoria experiencias traumáticas.

Según un artículo del Hospital McLean en 2015, el sentido del olfato está estrechamente relacionado con la memoria, lo que nos hace especialmente sensibles a estos estímulos. Nuestro cerebro puede reaccionar emocionalmente antes de que tengamos tiempo de procesar lo que está sucediendo.

2. Estar con personas emocionales

Si hemos pasado por una infancia abusiva o negligente, es posible que nos sintamos incómodos cuando alguien muestra emociones fuertes. Según la Dra. Denise Webb de Psych Central en 2019, esto se debe a cómo las emociones de otras personas afectan las nuestras.

Cuando alguien se emociona, es posible que sintamos una sobrecarga de sentimientos que no nos permitían experimentar en el pasado. Esto hace que la situación sea incómoda y que busquemos escapar.

3. Reacciones a lugares y personas

El trauma está relacionado con la memoria, por lo que estar en situaciones que nos recuerdan nuestro trauma puede ser difícil. Cualquier parecido a nuestra experiencia traumática puede convertirse en un desencadenante. Estar con personas que nos recuerdan a alguien que nos hizo daño o en un lugar físico similar a uno en el que ocurrió algo malo puede traer recuerdos no deseados.

Según el Integrative Life Center en 2022, es posible que no siempre reconozcamos estos desencadenantes, pero pueden manifestarse a través de sutiles recordatorios como los colores que usan las personas o su apariencia física.

4. Evitar la ayuda

Pedir ayuda puede ser extremadamente difícil para las personas que han experimentado trauma o negligencia en la infancia. Si pedir ayuda no fue una experiencia positiva en nuestra niñez, es posible que nos resulte difícil hacerlo de adultos. Si en nuestra infancia fuimos ignorados, menospreciados o peor aún, es posible que retengamos estas experiencias en nuestras interacciones con otras personas.

Podemos preocuparnos por su reacción o, peor aún, por su rechazo. La Dra. Webb de Psych Central afirma que esta dinámica puede dificultar enormemente confiar en alguien más cuando nos encontramos en una situación en la que necesitamos ayuda, lo cual puede desencadenar sentimientos de culpa, desesperanza y falta de valía.

5. Evitar el conflicto a toda costa

El conflicto nunca es fácil de manejar, pero si hemos experimentado un evento traumático o negligencia en la infancia, es posible que tratemos de evitar el conflicto a toda costa como mecanismo de defensa. Un trabajador social clínico autorizado, Sean Grover, divide la evitación en tres categorías: disculparse, estar de acuerdo y complacer.

Es posible que nos encontremos constantemente pidiendo disculpas en exceso, tal vez seamos excesivamente complacientes incluso cuando algo va en contra de nuestros valores y, por último, es posible que siempre cedamos a las necesidades de la otra persona a expensas de las nuestras.

A pesar de nuestros esfuerzos por evitar conflictos, es posible que nuestras relaciones se vuelvan inestables, distantes y, en última instancia, se pierdan. La evitación del conflicto puede llegar a un punto en el que aquellos que están más cerca de nosotros no puedan comunicarse con nosotros, lo que nos hace sentir solos.

6. Los medios de comunicación

Los medios de comunicación a los que estamos expuestos tienen un fuerte impacto en las emociones que experimentamos. La televisión, las películas, los artículos de noticias, la música y más, están diseñados para provocar una reacción emocional en nosotros. A veces, esta reacción puede ser perjudicial y desencadenar emociones profundas.

Ver un trauma similar al nuestro representado en los medios puede ser perjudicial para nuestro bienestar mental y hacernos volver a vivir la experiencia. Además, tener un enfoque en temas oscuros como la muerte, el caos y la violencia puede hacer que ver las noticias sea extremadamente desagradable.

Según la Dra. Jessica Hamblin del Dart Center for Journalism and Trauma en 2019, el hecho de que los medios cubran estos tipos de temas puede ponernos en un estado vulnerable y hacernos más susceptibles a emociones y pensamientos negativos. A veces, evitar las noticias por completo y obtener información sobre una película antes de verla pueden ser formas efectivas de reducir la exposición a temas perturbadores.

7. El tiempo y los aniversarios

Los traumas se desencadenan por recuerdos de eventos pasados, lo que significa que cualquier detalle puede ser potencialmente desencadenante. Ya sea que se acerque el aniversario de la muerte de un ser querido o la fecha de una tragedia horrible, es posible que nos sintamos más inestables de lo habitual.

Nuestro cerebro es muy bueno detectando patrones, por lo que cualquier indicio de un próximo evento, como el cambio de estaciones o el avance del calendario a un mes determinado, puede servir como un recordatorio subconsciente de eventos traumáticos.

La investigación del Centro Nacional de PTSD establece que nuestro cerebro nos está recordando que debemos tener miedo de la ocurrencia de un evento horrible. La Dra. Hamblin del Dart Center for Journalism and Trauma explica además que cuando surgen patrones similares a un evento traumático, nuestro cerebro se activa para ponernos a salvo. Si bien esto puede ayudarnos a evitar el peligro en algunos casos, en otros es completamente inevitable y agotador.

Ayuda y sanación

Aunque el trauma es extremadamente difícil de manejar, es importante saber que hay ayuda y formas de sanar. No siempre podemos ser conscientes de cuándo nos está afectando y hasta qué punto, pero hablar con un profesional de la salud mental puede hacer que este proceso sea mucho más fácil.

Si has pasado por un evento traumático, es importante saber que la ayuda es posible y que no estás solo. Dar el paso de buscar a un profesional de la salud mental puede ser el primer paso para recuperar tu vida. Gracias por leer este artículo.