7 Frases Reconfortantes que en Realidad son Hirientes.

Escrito por Marc Orante

Psicólogo conductual y experto en relaciones de familia 

Bienvenidos, amantes del sector. ¿Alguna vez has tenido a alguien confiándote sus problemas? ¿Los has consolado diciendo algo amable? Esto suele ocurrir cuando alguien se siente deprimido. Intentamos reconfortarlos con nuestras palabras.

Quizás le des algún consejo a tu mejor amigo para ayudarlo a tener perspectiva. Pero a veces, estas palabras reconfortantes no ayudan y, de hecho, pueden empeorar la situación.

Así que, para evitar cometer estos errores, aquí te presento siete palabras reconfortantes que en realidad son dañinas y qué deberías decir en su lugar.

Número uno: «Está bien, lo superarás».

Es comprensible que cuando alguien está triste o herido, queremos que se sienta mejor hablando del futuro. Tal vez quieras hacerle saber que superará sus sentimientos. Pero cuando alguien se abre a ti, no puedes simplemente decirles que superarán la situación.

Según la psicóloga clínica Dr. Friedman, decirle a alguien que siga adelante es contraproducente, ya que solo suprime sus sentimientos y evita que los procese realmente. Esto hará que retengan esas emociones negativas, las cuales podrían regresar en el futuro.

En cambio, intenta decirles: «Tienes derecho a sentirte así» o «Lo que sientes es válido». De esta manera, les das tiempo y espacio para procesar esas emociones.

Número dos: «Hay personas que están muriendo».

Bien, tal vez no exactamente esas palabras, pero trata de no minimizar los sentimientos de los demás. Es como decirles que hay personas con problemas más grandes. La intención es hacerles saber que estarán bien, pero esta no es una forma de consolar a alguien. Por supuesto, siempre habrá alguien en una situación aún peor, pero eso no invalida los sentimientos de esta persona.

Decir algo así hará que piensen que lo que sienten es menos importante o incluso inapropiado. Podrían sentirse mal por tener esas emociones y temer abrirse en el futuro en caso de que sean invalidados nuevamente.

En su lugar, podrías decir: «¿Qué puedo hacer para ayudarte?». Esto podría significar que estás dispuesto a ayudarles cuando te necesiten.

Número tres: «Lo que necesitas hacer es…»

Dar consejos no es necesariamente malo, pero cuando alguien se abre contigo, los consejos pueden hacerles pensar que no están esforzándose lo suficiente o que la situación es culpa suya y que ellos son el problema.

Cuando queremos que alguien cambie su comportamiento, no les decimos qué hacer, sino que ayudamos a motivarlos a cambiar realmente su comportamiento.

Así que, déjalos decidir por sí mismos, ya que nadie los conoce mejor que ellos mismos.

Número cuatro: «Yo pasé por lo mismo».

A veces, cuando alguien se abre contigo, también quieres contarles una historia que muestre que puedes relacionarte. Pero esto no los reconforta, es una forma de evitar una conversación con ellos y minimiza sus sentimientos.

ARTÍCULO INTERESANTE:   5 formas en que el trauma te mantiene soltero(a)

También conduce a una toxicidad positiva y podría evitar que busquen ayuda y enfrenten sus sentimientos, ya que no lo necesitaron. Contarles una historia similar quita el foco de ellos y les impide expresar sus sentimientos.

Cada persona procesa las cosas de manera diferente. Trata de no hacerlo sobre ti mismo.

Número cinco: «Todo pasa por algo».

En algunos casos, esto puede funcionar, pero no cuando una persona está en el apogeo de sus emociones. Escuchar esto les hará sentir que lo que han pasado tenía sentido, pero la realidad es que no siempre es así, al menos no todo el tiempo.

Según el profesor de Psiquiatría Dr. Beltman, usar esta afirmación puede fomentar la esperanza pero también crea una excesiva positividad. La positividad es una buena actitud, pero debe usarse en momentos apropiados.

Los momentos difíciles pueden ser confusos, pero podrías simplemente decir: «Desearía tener las palabras adecuadas para que todo tenga sentido, pero no las tengo. Sin embargo, estoy aquí para escucharte».

Número seis: «Al menos tienes trabajo».

Cuando intentamos reconfortar a otras personas, intentamos quitarles su dolor resaltando las buenas experiencias en su vida. Pero al hacer esto, minimizas la experiencia de esa persona e invalidas sus emociones dolorosas.

Incluso podrían sentir que son ingratos por tener esas emociones y temer abrirse en el futuro.

En su lugar, podrías decir: «No sé qué decir, pero eres muy valiente por abrirte».

Número siete: «Sé por lo que estás pasando».

Aunque creas que sabes lo que esa persona está experimentando, la verdad es que no lo sabes. El dolor y el sufrimiento son emociones comunes y todos las experimentamos en algún momento, pero las personas las sienten en diferentes grados. El dolor que sentiste cuando perdiste a tu perro no es igual al dolor que otra persona siente al perder al suyo.

En lugar de decirles que sabes lo que están pasando, podrías decir: «No puedo imaginar lo que estás sintiendo en este momento, pero estoy aquí para escucharte». Esta es una declaración honesta que reconoce tu falta de conocimiento sobre sus sentimientos, pero al mismo tiempo es una afirmación tranquilizadora de que estarás ahí para esa persona a pesar de esta falta.

En conclusión, a veces la empatía no se trata de lo que decimos, sino simplemente de estar presente con ellos. A veces esto significa sentarse en silencio con ellos o simplemente dar un paseo juntos. Sea lo que sea, intenta practicar la escucha activa.