Te sientes vacío a pesar de hacer todo lo que se supone que debes hacer para no sentirte así. Sientes que no hay razón para que te sientas tan solo y perdido, o que todo en tu vida es superficial.
Los psicólogos han enfatizado desde hace mucho tiempo la importancia de tener relaciones cercanas y positivas en nuestras vidas, así como dedicarnos a actividades o pasatiempos gratificantes en el trabajo. Pero si tienes personas en tu vida, una carrera significativa y más, y aún no te sientes feliz, puede ser porque estás evitando secretamente tu propia vida.
¿Qué es la evitación encubierta? En su blog de salud mental, la entrenadora de bienestar y proveedora de recursos de CPTSD Anna Runkle define la evitación encubierta como una forma elusiva y arraigada de evitación común en personas con experiencias adversas en la infancia, como abuso, abandono y negligencia emocional. La evitación encubierta no es obvia para otras personas y a veces puede que ni siquiera lo sea para ti. Es por eso que aquellos que la tienen pueden sentir que están haciendo todo bien, pero aún así nada les da la sensación de felicidad o significado que están buscando.
Esto se debe a que en la infancia probablemente aprendieron a volverse evitativos para protegerse emocional y psicológicamente. Pero, como explica Runkle, hacerlo estanca nuestro desarrollo psicoemocional y nos mantiene congelados como niños frágiles, siempre aterrorizados por el rechazo, el juicio y el abandono.
Entonces, crecemos y aprendemos a construir nuestras vidas en torno a estos miedos, evitando cualquier cosa que pueda desencadenarlos. Y eso significa no formar vínculos emocionales profundos con las personas, no perseguir nuestros trabajos soñados o no tomar ese riesgo que siempre quisimos.
En otras palabras, significa vivir nuestras vidas desde afuera mirando hacia adentro y fingir que estamos bien con eso.
Ejemplos de evitación encubierta
Según el psicoterapeuta con licencia Matthew S. Boone y la Dra. Jennifer A. Gregg, los comportamientos de evitación encubierta nos brindan un alivio temporal de la ansiedad, la vergüenza y otros sentimientos incómodos que hemos llevado con nosotros desde nuestro trauma infantil. Pero es una forma insalubre de afrontamiento que puede tener consecuencias perjudiciales e inesperadas. Algunos ejemplos de evitación encubierta incluyen:
- Sentirte cansado todo el tiempo pero no poder tomar decisiones más saludables, como acostarte más temprano o hacer ejercicio regularmente.
- Decir que estás demasiado ocupado para pasar tiempo con las personas y atender tus relaciones cuando en realidad solo estás cerrando a todos.
- Necesidad de retirarte socialmente durante largos períodos de tiempo después de establecer una conexión emocional con alguien.
- Encontrar una forma poco saludable de escapar de sentimientos incómodos, como el uso de sustancias, beber en exceso o comportamientos imprudentes.
- Procrastinar crónicamente, incluso con cosas que sabes que disfrutarás, como reuniones sociales con amigos.
- Establecer continuamente metas a largo plazo sin celebrar nunca tu progreso porque piensas que una vez que tengas esto o hagas eso, entonces serás feliz.
Cómo superar la evitación encubierta
La evitación encubierta se trata realmente de control, explican Boone y la Dra. Gregg. Queremos controlar tanto de nuestras vidas como sea posible para evitar cualquier sentimiento incómodo que pueda surgir de los vínculos emocionales, porque nuestro trauma infantil nos ha dejado frágiles.
Pero cuanto más tratamos de evitarlo, más pequeñas se vuelven nuestras vidas. La buena noticia es que una vez que encontramos formas más saludables de satisfacer nuestra necesidad de control, será más fácil superar nuestras luchas con la evitación. Entonces, ¿cómo lo logramos?
Según expertos como Boone y la Dra. Gregg, un buen punto de partida es conocer tus patrones de evitación y luego hacer algo diferente, tomar una decisión consciente de vivir la vida con más valentía. Otra alternativa que la Dra. Elizabeth Scott, psicóloga con licencia, llama «afrontamiento activo», implica abordar directamente un problema como un medio para aliviar el estrés, a diferencia del afrontamiento evitativo que solo lo alivia temporalmente, pero finalmente lo empeora.
Esto se puede hacer a través de tus comportamientos, es decir, realmente hacer algo acerca del problema, o a través de tus pensamientos, cambiando tu perspectiva y procesando tus emociones al respecto. Entonces, la próxima vez que experimentes algo estresante, no huyas, intenta tomar el control, pregúntate si realmente es un problema y, de ser así, ¿qué puedo hacer al respecto?
Cambiar el comportamiento no ocurre rápidamente ni fácilmente, pero valdrá la pena porque no puedes seguir evitando tu vida para siempre. La evitación es una solución temporal e ineficaz que solo te dejará sintiéndote más vulnerable y solo. Entonces, ahora es el momento de recuperar el control y dejar de hacer cosas por miedo, y empezar a construir una vida más significativa para ti mismo, un pequeño paso a la vez.
¿Qué piensas sobre este artículo? ¿Te identificas con algo de lo que hemos hablado aquí? Haznos saber en los comentarios a continuación si luchas con la evitación encubierta y qué planeas hacer al respecto en el futuro. Hasta la próxima, ¡recuerda que importas!