La sexualidad, la capacidad para sentir atracción sexual, es un aspecto complejo de nuestra experiencia. Sin embargo, se vuelve aún más complejo cuando te das cuenta de que no la sientes en absoluto.
Para algunas personas, esta falta de atracción sexual puede indicar asexualidad, una orientación sexual válida. A veces, sentirse asexual puede ser solo la superficie de emociones más profundas que te impiden sentirte cómodo con el sexo.
Estas dos situaciones a menudo son difíciles de diferenciar. Para ayudarte a navegar por esto, aquí hay algunas señales de que se trata de un trastorno sexual y no de asexualidad.
Reacción ante contenido sexual
¿Cómo reaccionas cuando hay una escena sexual en medio de tu programa de televisión favorito o cuando recibes un mensaje de alguien que está intentando seducirte? ¿Simplemente piensas «no estoy interesado» o te pones ansioso o tenso y solo quieres salir de esa situación?
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), las personas con trastorno de aversión sexual sienten una aversión extrema y evitan constantemente el contacto sexual. Se sienten abrumados por el miedo y la ansiedad solo al pensar en tener cualquier tipo de interacción sexual.
Por otro lado, aquellos que son asexuales no suelen sentirse tan molestos con temas sexuales. Pueden evitarlos simplemente porque no les interesan, pero no porque les repulsen. Esa falta de interés puede ser otra forma de distinguir entre las dos situaciones.
Atención a contenido sexual
En un estudio realizado en 2021, se mostraron imágenes sexuales y no sexuales a personas asexuales y a personas con trastorno de deseo sexual. Los investigadores querían saber si alguno de estos grupos prestaba más atención a las imágenes sexuales.
Los resultados mostraron que los participantes asexuales prestaban menos atención a las imágenes que representaban sexualidad, pero aquellos con trastornos sexuales sí prestaban atención y se enfocaban inicialmente en la imagen sexual en lugar de la no sexual.
Esto sugiere que aquellos con trastornos sexuales aún pueden estar interesados en cosas relacionadas con el sexo, pero no con tanta intensidad como antes de que comenzara su trastorno.
Malestar y falta de interés en el sexo
El malestar, la ansiedad y la falta de interés en el sexo pueden hacer que una persona se sienta un poco deprimida consigo misma. ¿Te sientes de esa manera? Podría ser una señal de que hay algo más que asexualidad.
Un estudio realizado en 2015 comparó grupos de personas asexuales y personas con trastorno de deseo sexual. Los hallazgos mostraron que aquellos con el trastorno tenían una angustia psicológica significativamente mayor y niveles más altos de depresión que los asexuales.
Esto podría significar que aquellos que padecen algún tipo de disfunción sexual se sienten mal al respecto y desearían poder cambiar. Pueden sentir que su falta de deseo sexual hace que sus vidas sean más vacías o que las relaciones sean más difíciles de manejar.
Mientras que los asexuales pueden tener algunas dificultades con parejas románticas y expectativas sociales en general, no les importa su orientación y pueden aceptarse a sí mismos tal como son.
Experiencia personal y cambio
El mismo estudio de 2015 encontró otra diferencia clave entre los dos grupos. Los asexuales describieron su experiencia como un patrón de falta de deseo o atracción sexual más constante a lo largo de su vida.
Esto fue diferente al grupo con trastorno de deseo sexual, quienes recordaron haber tenido sentimientos sexuales y experimentado el sexo en sus días de juventud. Entonces, como asexual, es posible que siempre hayas tenido una experiencia diferente con la atracción que las personas a tu alrededor.
Es posible que te hayas sentido confundido por las experiencias de tus compañeros de desarrollo de enamoramientos y citas, pero luego te diste cuenta de que tu falta de deseo o atracción sexual era simplemente parte de tu orientación asexual. Sin embargo, si has experimentado atracción sexual en el pasado pero ahora te sientes reacio o incómodo con el sexo, podría ser útil reflexionar sobre si hubo una experiencia o evento específico que desencadenó este cambio.
¿Podría haber pasado algo que te resultara difícil de manejar y que te hiciera sentir así? Si ese es el caso, hablar con un profesional de salud mental puede proporcionarte un espacio de apoyo y sin prejuicios para explorar estos sentimientos más a fondo.
Reflexión final
Ahora que conoces las diferencias, ¿crees que tu falta de atracción sexual podría ser en realidad algo más profundo o simplemente es como eres? Esperamos que este artículo te haya ayudado a obtener una mejor comprensión de tu propia sexualidad, así como de la sexualidad en general.
Si tienes dudas sobre tu orientación sexual y te preguntas si puede ser algo más, te animamos a buscar ayuda de un terapeuta sexual o cualquier otro profesional. Y si aún no te sientes cómodo hablando al respecto, simplemente conocer más sobre ti mismo podría ser un gran primer paso.
Mientras tanto, recuerda que tu cuerpo es asombroso y, independientemente de tu nivel de deseo sexual, mereces amor y respeto.
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