Los niños que no reciben amor tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental en la edad adulta. Según un estudio publicado en el «Journal of Personality and Social Psychology», estos niños son menos felices, tienen menos autoestima y sufren más de estrés. Además, tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad y trastornos de la alimentación en la edad adulta.
Los niños que no reciben amor pueden presentar problemas en su desarrollo emocional, social y cognitivo. Pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones afectivas, para comunicarse adecuadamente y para aprender.
¿Qué pasa si un niño no recibe amor?
Los niños que no reciben amor pueden tener problemas para relacionarse con otros niños y adultos, pueden ser más propensos a la depresión y a otros problemas de salud mental, y pueden tener dificultades para aprender.
¿Que le sucede a las personas que crecen sin amor?
Las personas que crecen sin amor, suelen ser personas que no se sienten queridas ni respetadas. No tienen una base segura en la que apoyarse emocionalmente y esto les lleva a buscarla en situaciones poco saludables. Pueden convertirse en personas manipuladoras o con una autoestima muy baja.
¿Qué pasa si una persona no recibe afecto?
Las personas que no reciben afecto pueden presentar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o trastornos de la conducta. Estas personas también son más propensas a sufrir accidentes o a cometer actos violentos.
¿Cómo es una persona con falta de amor?
Las personas que carecen de amor pueden parecer frías e indiferentes. Pueden ser muy reservadas y tener poca capacidad para expresar sus sentimientos. Generalmente, estas personas tienen una baja autoestima y se sienten solas y vacías. La falta de amor puede hacer que sean muy críticas y exigentes consigo mismas y con los demás.
Los niños que no reciben amor son más propensos a sufrir problemas de salud mental, a tener menos éxito académico y a tener relaciones problemáticas en la adultez.
Los niños que no reciben amor son más propensos a sufrir de depresión y ansiedad en la adultez. También pueden tener problemas en las relaciones personales y ser más propensos a la violencia.